jueves, marzo 08, 2007

Las imágenes que aquí se encuentran, en su mayoría partieron de ejercicios de clase. Estos ejercicios aunque son solo eso, simples ejercicios, han encaminado un proceso que se va constituyendo en la afirmación de ciertas temáticas en campos de investigación.
no obstante, la tendencia del trabajo esta radicada en la figuración y la expresividad del ser humano; aunque en algunas narraciones las imágenes sean de un fuerte carácter descriptivo y esquemático, el proceso de obras como mas allá de los recuerdos e instantes difusos ha adquirido un carácter altamente critico y reflexivo con el fin de romper con esas ideas preconcebidas de obra de arte y trascender en la aplicación de una técnica.


Los ojos de los pobres
Charles Baudelaire





ilustraciones 2005-2006
lapicero sobre papel





¡Ah! Quieres saber por qué hoy te odio. Sin duda te resultará menos fácil entenderlo que a mí explicártelo; ya que, según pienso, eres el más perfecto ejemplo de impermeabilidad femenina que pueda encontrarse. Habíamos pasado juntos una larga jornada que me había parecido corta.

Nos habíamos prometido que todos nuestros pensamientos serían comunes a ambos y que, en adelante, nuestras dos almas no formarían más que una; un sueño, éste, que nada tiene de original, después de todo, como no sea por el hecho de que, habiendo sido soñado por todos los hombres, no ha sido realizado por ninguno.
Al anochecer estabas un poco cansada y quisiste sentarte en un café nuevo que hacía esquina en una avenida nueva, lleno aún de cascotes y mostrando ya, gloriosamente, sus esplendores inacabados.
El café fulguraba. Incluso el gas desplegaba en él todo el ardor de un estreno, e iluminaba en todas sus fuerzas las paredes que segaban por su blancura, las superficies deslumbrantes de los espejos, los dorados de los junquillos y de las cornisas los pajes mofletudos arrastrados por perros encorreados, las damas que ríen al halcón posado en el puño, las ninfas y las diosas que llevan sobre la cabeza frutas, pasteles y caza, las Hebés y los Ganímedes que presentan, alargando los brazos, una pequeña ánfora con pastelillos o el obelisco bicolor de los helados de varios gustos; toda la historia y toda la mitología puestas al servicio de la glotonería.

Justo frente a nosotros, en la calzada, se había plantado un buen hombre de unos cuarenta años de rostro fatigado, de barba entrecana, que llevaba de la mano a un niño y sostenía en el otro brazo un pequeño ser demasiado débil para andar. Hacía de niñera y llevaba a sus niños a tomar aire al crepúsculo. Todos ellos en andrajos. Aquellos tres rostros estaban extraordinariamente serios y aquellos seis ojos contemplaban fijamente el café nuevo con una admiración igual aunque distintamente matizada por la edad. Los ojos del padre decían: "¡que hermoso! ¡Que hermoso!
Se diría que todo el oro del mundo ha venido a colocarse en esas paredes" los ojos del niño: "¡que hermoso! ¡Que hermoso¡ pero es una casa en la que solo puede entrar gente que no es como nosotros". En cuanto los ojos del más pequeño estaban demasiado fascinados nada para expresar que no fuera una alegría estúpida y profunda. Los chansonniers dicen que el placer hace buena el alma y emblandece el corazón. La canción, tenía razón esa noche, en lo que a mí se refería. No solo estaba enternecido por aquella familia de ojos, sino que me sentía un tanto avergonzado de nuestros vasos y nuestras jarras, mayores que nuestra sed. Volvía mis ojos hacia los tuyos, querida mía, para leer en ellos mis pensamientos; me sumergía en tus ojos, tan hermosos y tan extrañamente dulces, en tus ojos verdes, habitados por el capricho e inspirados por la luna; y entonces me dijiste: "¡Esa gente me resulta insoportable con sus ojos abiertos como puertas cocheras! ¿No podrías pedirle al dueño del café que los alejará de aquí? ¡Así de difícil es entenderse, ángel mío, y así de incomunicable es el pensamiento, incluso entre personas que se aman!

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